La carne de caza en un manjar del que podemos disfrutar. Con la llegada del otoño los cazadores se echan al campo, momento en que se abre la veda para la caza de multitud de especies, tanto de caza mayor (ciervo, jabalí,…), como de caza menor (liebre, conejo,…) y aves (perdiz, tortola,…).
En principio la carne de caza es una carne muy sana, que carece de los productos químicos que podemos encontrar en otras carnes industriales. Aún así hay que tener precauciones porque no está exenta de contener algunos contaminantes biológicos como parásitos o microorganismos, y sustancias toxicas captadas del terreno tales como metales pesados o insecticidas.
Desde el punto de vista organiléptico, las carnes de caza son carnes rojas, con un color mas oscuro cuanto mayor fuera la edad del animal. Estas carnes también se caracterizan por tener olores mas fuertes y por una mayor dureza al comer. Hoy en día se está extendiendo la creación de granjas destinadas a la cría de animales tradicionalmente “salvajes”, lo que nos permite obtener carnes algo mas tiernas pero con menos sabor que las obtenidas directamente de la caza.
La caza duele dividirse en dos grandes grupos: la caza de pelo y la caza de pluma. Dentro de la caza de pelo encontramos la caza mayor (jabalí, corzo, venado,…) y la caza menor (liebre, conejo,…). En cuanto a la caza de pluma, tenemos la caza de tierra (perdiz, codorniz,…), la caza de montaña (urogallo, gallo silvestre,…) y la caza de agua (pato salvaje, pollo de agua,…).
Desde el punto de vista nutricional, son carnes con un menor contenido en grasas que las carnes de corral. Pese a ello, el aporte de colesterol es similar. Son muy ricas en proteínas. Están especialmente indicadas para personas con problemas de anemia debido a su contenido en hierro, fósforo, magnesio y potasio.
A pesar de todas estas propiedades, la carne de caza debe consumirse con moderación, ya que contiene gran cantidad de ácido láctico que posteriormente nuestro organismo transformará en ácido úrico, por lo que una ingesta excesiva puede ocasionar problemas de salud.
Siempre es obligatorio que el veterinario revise las piezas cazadas antes de ser consumidas, muy especialmente si la finalidad de esa carne va a ser la elaboración de embutidos.
Si no es aficionado a la caza y no quiere dejar de pasar la ocasión de comer una carne de calidad, recuerde que existen empresas en Extremadura que comercializan la carne de caza con total garantía de calidad.
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