Hace unos días, y tras visitar una tienda de cestería artesanal en Extremadura, me decidí a escribir sobre ello. Después de varias décadas donde la artesanía estaba decayendo, cada vez son mas los que hoy en día quieren comprar productos artesanos para el hogar. Y es que la artesanía aporta un valor añadido que ninguna industria mecanizada puede aportar. Al igual que pasa en el sector de la alimentación, en el que cada día mas gente quiere saber lo que come, y quiere que proceda de una producción ecológica, en otros ámbitos del consumo también quieren productos artesanales y de calidad.
Este aumento de la demanda de artesanía, esta llevando a que muchas personas encuentren una salida laboral en este sector cada día mas demandado. A pesar de ello, sigue siendo un sector donde resulta difícil encontrar una compensación al esfuerzo realizado. En un mundo tan globalizado, nuestros artesanos tienen que competir con la artesanía procedente de países lejanos con una mano de obra muy barata y por lo tanto el producto final tendrá un precio al que nuestros artesanos no podrán llegar. ¿Dónde está la solución? El objetivo tiene que ser ofrecer un producto de una calidad y diseño únicos. Al igual que alguien puede querer jamón de Jabugo, vino de Rioja o queso de la Mancha, también debe exigir artesanía nacional. Posiblemente paguemos algo más, pero estaremos colaborando a que esta riqueza artística no desaparezca en un futuro.
Entre los oficios artesanales que están en auge hoy en día encontramos: zapatero (durante la crisis económica, muchas personas optaban por reparar sus zapatos en lugar de comprar unos nuevos), tallador de piedra (muy ligado al sector de la construcción), enmarcador de cuadros (no toda la gente fabrica sus propios marcos), y artesanos del mimbre (con aplicaciones que van desde mobiliario, a alfombras, pasando por útiles de cocina).
Tan sólo tiene que visitar una tienda de cestería artesanal para darse cuenta de la importancia de conservar estos oficios.